Betiana Machado tenía 17 años y fue asesinada a puñaladas a la salida de un boliche en Misiones. El imputado alegó que había tomado alcohol y no recordaba nada, pero la Justicia lo condenó a perpetua.
“Voy a agarrar esa piedra y tu mamá va a juntar tu cerebro con cuchara”, le había dicho Pablo Rafael Alves Policeno a su exnovia, Betiana Machado, porque ella se negaba a volver con él. La adolescente, que entonces tenía 17 años, lo denunció y la Justicia le impuso una perimetral, pero el 24 de julio de 2022 el acusado violó la medida, la esperó a la salida de un boliche de San Antonio, en Misiones, y la asesinó a puñaladas.
A más de tres años del femicidio de Betiana, el caso llegó a juicio y la defensa de Policeno buscó evitar la condena a prisión perpetua argumentando que aquella fatídica noche el imputado había mezclado alcohol con bebidas energizantes, lo que le provocó un estado de inconsciencia y por ese mismo motivo tampoco recordaba nada de lo ocurrido. La estrategia, sin embargo, no convenció a los jueces y lo condenaron a prisión perpetua.
El femicidio de Betiana Machado
Para el Tribunal Penal de Eldorado, quedó probado que la noche del crimen Betiana y Policeno coincidieron en el mismo boliche. Fue allí donde el imputado la vio bailar con otro joven y se enfureció.
El femicida conocía cuál era el camino que su exnovia tenía que hacer para llegar a su casa. Entonces la esperó escondido en la plazoleta y cuando más tarde la adolescente pasó por ese lugar, la interceptó y la atacó con cuchillo.
La víctima alcanzó a ser llevada al centro asistencial del pueblo y fue derivada después al Hospital Samic de Eldorado, pero no sobrevivió. Trece días más tarde murió debido a una infección generalizada.
Los médicos constataron que tenía heridas en el cuello, brazos y un profundo corte en la zona abdominal. También tenía lesiones en las manos, un indicio de que Betiana intentó defenderse del brutal ataque.
La caída del femicida
Después de la agresión, Policeno se subió a su moto y trató de escapar, pero a la altura del kilómetro 33 de la ruta 101 perdió el control del vehículo al tomar una curva y se despistó.
Horas después, mientras los investigadores todavía trabajaban en la escena del crimen, un vecino alertó sobre un accidente y la policía se acercó al lugar señalado sin saber la conexión entre los dos hechos.
La moto del femicida fue lo primero que vieron los efectivos, tirada en la banquina. Después descubrieron a Policeno, a varios metros y medio oculto entre las malezas, herido por la caída.
Las amenazas
El testimonio de la propia víctima antes de morir fue clave para marcar el rumbo de la investigación. Después, la declaración de la madre de Betiana y de sus amigas terminaron de exponer la situación de violencia de género que sufría por parte de Policeno, aún después de que ella tomara la decisión de cortar la relación.
Durante el juicio que se resolvió en las últimas horas con una condena a la pena máxima, la fiscalía mencionó que quedó comprobado con los dichos de las testigos que Machado se veía triste pero callada, y que “él siempre la amenazaba con prender fuego la casa con todos nosotros adentro si no estaban juntos o le decía que le iba a matar al hermanito. Entonces ella siempre volvía por miedo”.
Incluso, una amiga de Betiana recordó que después de su separación, la adolescente volvió a la casa familiar, pero Policeno fue a buscarla y la amenazó: “Él la quería llevar de nuevo, pero Betiana quería quedarse y ahí él le dijo ‘voy a agarrar esa piedra y tu mamá va a juntar tu cerebro con cuchara’”.