Roberto “El Polaco” Goyeneche, un ícono indiscutido del tango argentino, dejó un legado inmortal en la música popular. Nacido el 29 de enero de 1926 en el barrio de Saavedra, Buenos Aires, Goyeneche se destacó como cantante y actor, consolidándose como una de las voces más emblemáticas del género. Su estilo único, caracterizado por la interpretación sentida y personal de cada tema, lo convirtió en un referente del tango a nivel mundial. Sin embargo, el 27 de agosto de 1994, la voz del Polaco se apagó, dejando un vacío irremplazable en la cultura argentina.
A tres décadas de su partida, su legado enfrenta una amenaza que conmueve a los amantes del tango. Su hijo mayor, Roberto Emilio Goyeneche, hizo un desesperado pedido por la casa que perteneció al cantante, ubicada en Saavedra, que ahora está cerca de ser vendida. Esta propiedad no es solo un inmueble, sino un símbolo de la herencia cultural que el Polaco dejó.
Durante años, Roberto Emilio ha luchado por transformar la casa en un museo dedicado a la memoria de su padre, un espacio donde se pueda mantener viva la esencia del tango. Sin embargo, la falta de apoyo económico y gubernamental ha puesto en jaque este sueño. Roberto Emilio, quien se encuentra en una situación económica precaria, expresó su desesperación en el programa A la Tarde.
Según relató, su discapacidad y la falta de trabajo han agravado su situación financiera, obligándolo a considerar la venta de la casa familiar. “Necesito vivir, y no puedo mantener yo solo este monstruo”, confesó con dolor. A pesar de sus esfuerzos, el proyecto de convertir la casa en un museo no ha prosperado, dejando a Goyeneche en la difícil decisión de desprenderse del lugar que guarda tantos recuerdos.
El desesperado pedido del hijo del Polaco Goyeneche y un legado familiar
El rol del gobierno en esta disputa es cuestionado por Roberto Emilio, quien recordó que durante la gestión de Aníbal Ibarra como jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, se propuso la creación de un museo en honor a su padre. Sin embargo, ese proyecto nunca se concretó, y la propiedad destinada para tal fin fue otorgada a una murga. “Para ciertas autoridades, Goyeneche no existe”, sentenció, dejando en evidencia la falta de reconocimiento hacia la figura de su padre por parte de algunos sectores.
El Polaco Goyeneche no solo fue un cantante de tango; fue un emblema de la cultura porteña, una voz que resonó en cada rincón del país y más allá de sus fronteras. Su hijo Roberto Emilio, con profunda tristeza, lucha por preservar esa herencia, una tarea que, hasta ahora, parece estar solo en manos de su familia. La venta de la casa del Polaco podría significar la pérdida de un pedazo fundamental de la historia del tango, un destino que muchos esperan evitar.
El documental Roberto Goyeneche “Las formas de la noche”, estrenado hace un par de años, es una prueba del impacto duradero de su obra. Sin embargo, la urgencia de preservar su legado físico, materializado en su casa de Saavedra, es hoy más apremiante que nunca. La comunidad tanguera y la sociedad en general enfrentan el desafío de decidir si el legado de Goyeneche se mantendrá vivo o si será relegado al olvido por la falta de recursos y apoyo institucional.
Este es un momento crucial para la cultura argentina. La posible venta de la casa del Polaco Goyeneche no es solo una cuestión de patrimonio familiar, sino de identidad cultural. Los próximos pasos que se tomen determinarán si el tango, en su máxima expresión, seguirá teniendo un hogar tangible en Buenos Aires o si quedará reducido a recuerdos y homenajes.