Israel anunció este martes que recuperó los cuerpos de seis rehenes israelíes en manos de Hamas. La lista divulgada por las autoridades israelíes no incluye a ninguno de los 8 argentinos que aún permanecen secuestrados en la Franja de Gaza.
El operativo se realizó por la noche en los túneles de la ciudad Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza, en momentos en que continúan los esfuerzos internacionales para impulsar un acuerdo de alto el fuego en el enclave palestino.
Los soldados israelíes recuperaron los restos de Yagev Buchshtab y Nadav Popplewell, tomados cautivos el 7 de octubre en el kibutz Nirim; y de Alexander Dancyg, Yoram Metzger, Chaim Perri y Avraham Munder, del kibutz Nir Oz, según informó el Ejército israelí y la agencia de inteligencia Shin Bet, que llevaron a cabo la operación conjunta.
“Rastros de tortura”
Las muertes de las seis víctimas habían sido confirmadas hace meses, excepto la de Munder, cuyos restos fueron encontrados con rastros de tortura, informó EFE. Según el portal Ynet, los otros cinco murieron asfixiados en el túnel donde estaban retenidos tras un ataque de las Fuerzas de Defensa de Israel.
“La demora en implementar el acuerdo ha impedido salvar su vida y la de otros rehenes. Es una prueba más de la urgencia de finalizarlo y traer de vuelta a todos los rehenes”, afirmó el Foro de Familia de Rehenes.
“El Estado de Israel seguirá haciendo todos los esfuerzos posibles para devolver a todos nuestros secuestrados, vivos y muertos”, indicó en un comunicado el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
El portal Ynet dijo que aún quedan en Gaza 109 rehenes. Entre ellos hay ocho argentinos: Shiri Silberman Bibas, su esposo Yarden Bibas y sus hijos Kfir, de un año, y Ariel, de cinco; los hermanos Iair y Eitan Horn, y los también hermanos David y Ariel Cunio. El 7 de mayo, Israel confirmó la muerte del argentino Lior Rudaeff, que se creía estaba secuestrado en Gaza desde el 7 de octubre, pero fue asesinado ese mismo día y su cuerpo fue trasladado por milicianos de Hamas al enclave palestino.
Hamas anunció a fines de noviembre que Shiri y sus hijos murieron en un bombardeo israelí, pero la versión nunca fue confirmada por Israel.
Estados Unidos presiona por un cese del fuego
En tanto, la comunidad internacional busca alcanzar otro acuerdo de alto el fuego, que permita la liberación del resto de rehenes. Con ese fin estuvo el lunes de visita en Israel el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken. El enviado de Washington adelantó que Netanyahu había aceptado la nueva propuesta de acuerdo e instó a Hamas a hacer lo mismo, aunque los primeros indicios daban cuenta de un rechazo por parte del grupo terrorista.
Sin la asistencia de ese grupo islámico palestino, los equipos negociadores de Israel y de los mediadores -Estados Unidos, Egipto y Qatar- se reunieron el fin de semana en Doha, donde la delegación estadounidense, encabezada por el jefe de la CIA, Bill Burns, presentó una nueva propuesta.
“Hay un profundo sentido de urgencia para lograrlo y Estados Unidos está comprometido en hacerlo ahora”, afirmó el jefe de la diplomacia estadounidense sobre la posibilidad de un acuerdo, que busca también disipar el riesgo de una escalada regional, después de que Irán y el Hezbolláh libanés amenazaron con atacar a Israel tras el asesinato del líder de Hamas, Ismail Haniyeh, en Teherán; y del jefe militar de las milicias chiítas, Fuad Shukr, en Beirut.
Según filtraciones, la nueva propuesta de Estados Unidos contempla una primera fase en la que se intercambiarían rehenes por presos palestinos; mientras que el alto el fuego definitivo y la retirada de las tropas israelíes que exigen que Hamas se negociaría en una segunda fase. “Se están haciendo esfuerzos para liberar con vida al máximo número de rehenes en la primera fase de la transacción”, indicó Netanyahu.
Pero Hamas, que fue informado por Qatar sobre el nuevo borrador, tildó este martes la nueva propuesta estadounidense como un “golpe de Estado”, que se pliega a las condiciones de Israel y no incluye sus principales exigencias: el fin de las hostilidades, el repliegue del ejército israelí y el retorno al norte de los desplazados.