Leah Roberts, una joven inglesa de 21 años, murió repentinamente mientras dormía una siesta. Tan solo tres días antes de su muerte se había enterado de que estaba embarazada de 5 meses de una nena.
Su familia contó a medios locales que la joven había comenzado a sentirse mal un par de horas antes y había decidido acostarse un rato para recuperarse. Minutos más tarde, su abuelo fue a despertarla, pero no pudo.
Inmediatamente, con ayuda de su abuela, comenzaron a hacerle RCP, pero no lograron reanimarla. Ante esta situación llamaron a la ambulancia, la trasladaron al hospital más cercano, pero desafortunadamente, no pudieron salvarla ni a ella ni a la bebé.
“Eso fue todo, simplemente se fue a dormir una siesta y nunca se despertó”, dijo Becky Davies, amiga de la familia.
La familia de Leah se encuentra esperando los resultados de la autopsia para determinar que fue lo que ocurrió con su hija y su nieta. “El mundo es tan cruel, merecías mucho más de lo que tenía para ofrecerte a vos y a tu hermosa niña… descansá en paz en el paraíso, mi niña”, fueron las desgarradoras palabras de despedida de la madre de Leah en redes sociales.