La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) alertó a la comunidad científica por la trayectoria de un peligroso asteroide del tamaño de un crucero que se mueve a toda velocidad en dirección a la Tierra.
Es el asteroide Apophis, un bólido espacial sólido y rocoso que, según los astrónomos de la agencia norteamericana, se cruzará con la órbita de la Tierra el 13 de abril de 2029.
Descubierto a finales de 2004, los científicos calcularon que este objeto de 340 metros tendría una probabilidad del 2,7% de impactar contra el Planeta. Esta posibilidad lo convirtió en uno de los asteroides más peligrosos conocidos hasta la fecha.
Cálculos posteriores confirmaron que Apophis no chocará con la Tierra, pero sí pasará muy cerca: realizará un sobrevuelo a solo 31.600 km de distancia, unas 10 veces más cerca que la Luna. Mientras los más expertos aseguran que su trayectoria no constituye una amenaza, su paso cercano podría provocar perturbaciones geológicas, como terremotos y otros eventos que desencadenen desastres naturales.
Por este motivo, los científicos ya tomaron precauciones y diseñan estrategias para estudiar y potencialmente desviar el asteroide. Una de ellas es el programa RAMSES de la NASA, una misión que se dedicará a analizar la órbita y la estructura de Apophis para determinar las mejores estrategias de desvío en caso de que el bólido cambie de trayectoria y amenace con impactar en la Tierra.
La misión de la NASA promete ser un hito en la defensa planetaria, ya que será una oportunidad única para estudiar el asteroide en detalle y permitirá a los científicos obtener datos cruciales sobre otros asteroides similares.
Las empresas espaciales privadas propusieron misiones para encontrarse con el asteroide antes de su esperado sobrevuelo, por ejemplo, Blue Origins, la compañía aeroespacial de Jeff Bezos. Otra empresa, Exabs, sugirió utilizar drones para realizar un escaneo del interior del asteroide. La NASA también organizó un taller para recolectar ideas del sector privado sobre enfoques innovadores para llevar a cabo misiones durante el sobrevuelo terrestre del asteroide Apophis en 2029.
A medida que se acerca la fecha del encuentro, la comunidad científica permanece atenta, preparándose para aprovechar esta rara oportunidad de estudiar un asteroide que, según los expertos, podría ofrecer pistas sobre la formación del sistema solar.