El Gobierno pidió un “waiver” a los bancos chinos que financian las represas en Santa Cruz para destrabar una inversión que podría representar unos US$800 millones. En tiempos en que las reservas del Banco Central (BCRA) están bajo la lupa, el ingreso de esa suma daría algo de aire a las finanzas públicas.
Las obras de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic están paralizadas desde noviembre de 2023 y solamente en marzo significaron la pérdida de 2200 puestos de trabajo. A eso se suma otro tanto de empleos indirectos.
En mayo, la Jefatura de Gabinete ya había indicado que Energía Argentina (Enarsa) estaba intentando resolver los reclamos de la Unión Transitoria de Empresas (UTE) que actuó como contratista. A la vez, indicó que estaban negociando con el consorcio constructor (integrado por empresas chinas y argentinas) la reanudación de las obras.
Ahora, se conoció que el Gobierno pidió “perdón” a las entidades financieras chinas por no cumplir los tiempos del contrato, que generaban los desembolsos. La respuesta debería llegar en un período de 10 días. Si es favorable como se supone -porque China tiene interés en terminar los proyectos- las autoridades locales deberían firmar una adenda para poner nuevas fechas de común acuerdo y así destrabar el financiamiento y reanudar las obras.
Fuentes cercanas al proyecto indicaron que si la situación no se resolviera de esta manera y los bancos del gigante asiático consideraran que hubo un incumplimiento del contrato, la Argentina tendría que devolver los US$1850 millones que las entidades ya desembolsaron (de un total de US$4714 millones).
De todos modos, el Gobierno espera que las obras se retomen y por ello trató de mejorar la relación diplomática con China. Entre otras cuestiones, esto significó el envío de una delegación oficial y la renovación del swap de monedas con el país asiático.
Una ayuda a la balanza energética
Además de la inyección de dólares, la puesta en marcha de las obras ayudará a mejorar la balanza energética. Cálculos del sector indican que diariamente la Argentina pierde más de US$3,5 millones debido a la falta de funcionamiento de las represas de Santa Cruz.
Según la presentación que realizó ante inversores de Nueva York el vicepresidente del Banco Central, Vladimir Werning, los pagos por importaciones de energía significaron la salida de US$400 millones en mayo y de US$700 millones en junio. Así, el déficit energético durante los meses más crudos del invierno explicó una buena parte de las dificultades que tuvo el organismo para acumular reservas.
Por eso, el Gobierno apuesta a reactivar el sector mediante el Régimen de Grandes Inversiones (RIGI) que se aprobó con la Ley Bases. De acuerdo con esa misma exposición, el oficialismo ve oportunidades en el sector energético por US$54.300 millones.