Cuál es la mejor hora para usar la lavadora y secadora, y así ahorrar energía?

En el constante afán por reducir el impacto ambiental y disminuir los costos del hogar, uno de los aspectos menos considerados, pero igualmente importante, es la gestión eficiente de los electrodomésticos que se tienen.

Entre estos, la lavadora, uno de los más populares y usados, y la secadora ocupan un lugar destacado en el consumo energético del hogar.

Por esta razón, ante la duda sobre en qué momento del día es más ideal usar estos electrodomésticos, te presentamos varios puntos a considerar sobre este tema.

Las finanzas del hogar son cada vez más necesarias y entre más se pueda ahorrar, mejor. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Según expertos en tecnología doméstica, como el portal Energy, la respuesta no es tan simple como elegir una hora específica del día. Más bien, se trata de comprender la dinámica de la demanda de energía y cómo se puede ajustar al consumo del hogar para tener tarifas más bajas y una huella ambiental reducida.

En primer lugar, en cuanto al momento óptimo para usar la lavadora, la mayoría de las compañías eléctricas aplican tarifas de energía variables, siendo más económicas durante las horas de menor demanda, generalmente por la noche.

En este sentido, programar la lavadora para funcionar durante estas horas puede resultar beneficioso tanto para el medio ambiente como para el bolsillo.

El horario nocturno es el más indicado para lavar. (Foto: Freepik)

También, hay que aclarar que la mejor hora para usar la lavadora y la secadora para ahorrar energía depende de varios factores, incluida la dinámica de las tarifas de energía de su área y la eficiencia operativa de los electrodomésticos

No obstante, es fundamental entender que la eficiencia energética no se limita solo al momento de encender el electrodoméstico. La carga de la lavadora también desempeña un papel crucial.

De acuerdo con consejos de expertos en electrodomésticos como Energy Star, llenar la lavadora hasta su capacidad máxima en cada ciclo reduce la cantidad de veces que necesitamos ejecutarla, optimizando así su eficiencia energética.

Hay que procurar echar la mayor cantidad de ropa en cada lavada para reducir la cantidad de ciclos que necesita. (Foto: Freepik)

Por otro lado, la secadora presenta sus propios desafíos en términos de eficiencia energética. A diferencia de la lavadora, la mayoría de las secadoras no cuentan con opciones de programación para diferir el inicio del ciclo. Sin embargo, esto no significa que estemos indefensos en cuanto al ahorro de energía.

Según el Departamento de Energía de los Estados Unidos, un enfoque estratégico para reducir el consumo de energía de la secadora es aprovechar al máximo la energía residual.

Lo que se debe hacer es simplemente utilizar la secadora cuando la ropa esté lo más seca posible después del ciclo de lavado. Esto no solo acorta el tiempo de secado, sino que también reduce la cantidad de energía necesaria para completar el proceso.

Del mismo modo, existen otras estrategias que se pueden implementar para maximizar la eficiencia energética de la secadora y lavadora.

El ahorro energético también se relaciona con el cuidado que tiene la lavadora y secadora durante su uso. (Foto: Christin Klose/dpa)

Por ejemplo, limpiar regularmente el filtro de pelusa y asegurarse de que el conducto de ventilación esté despejado son medidas simples, pero efectivas, que garantizan un funcionamiento óptimo de estos electrodomésticos y evitan el desperdicio innecesario de energía.

Asimismo, es importante destacar que, aunque la elección del momento adecuado para usar la lavadora y la secadora puede tener un impacto significativo en el ahorro energético, también es fundamental adoptar hábitos que fomenten una mayor eficiencia en el uso de estos electrodomésticos.

Esto incluye realizar cargas completas, utilizar configuraciones de lavado y secado apropiadas y mantener los electrodomésticos en condiciones óptimas.

Por esta razón, más allá de simplemente programar los ciclos en momentos de menor demanda, es crucial adoptar hábitos que promuevan un uso más eficiente de estos dispositivos. Al hacerlo, no solo se reduce los costos de energía, sino que también se contribuye a la preservación del medio ambiente.