El ministro de Economía, Luis Caputo, ponderó de manera positiva ante empresarios la decisión del Gobierno de mantener las tasas reales negativas en moneda local para frenar la inyección de nuevos pesos en la economía. En particular, se destacó la reducción de 38% en la base monetaria y de 30% en la base monetaria amplia (que tiene en cuenta la deuda del Banco Central).
“Eso lo buscamos, no se dio de casualidad. Es más, la recomendación de la mayoría de los académicos es que en un programa de estabilización hay que tener tasa real positiva”, explicó. Y argumentó que fueron en contra de esa recomendación porque la tasa positiva que exigían los niveles de inflación registrados en diciembre y enero hubiera significado imprimir el equivalente a otra base monetaria en cada uno de esos meses.
Al analizar los datos que publica el Banco Central (BCRA) se ve un aumento nominal de la base monetaria de $431.000 millones desde el inicio de la gestión presidencial. No obstante, desde Invertir en Bolsa indicaron que el principal factor de expansión monetaria fueron las compras de dólares (que ya superan los US$10.000 millones) y destacaron el efecto de la inflación sobre ese incremento.
“Pese a que la base monetaria creció nominalmente desde comenzado el mandato de Milei, la acción de la licuadora fue fundamental para su contracción en términos reales. Desde el 10 de diciembre, con la inflación acumulando más de 70% en tres meses, la base creció tan solo 8%, lo cual en términos reales implica una caída del 28%”, apuntaron, en línea con los cálculos del ministro de Economía.
De esta manera, con menos pesos en la economía, el Gobierno apunta a que no haya combustible suficiente para espiralizar la inflación ni la demanda de dólares en una eventual salida del cepo cambiario. “En poco tiempo, van a empezar a escasear los pesos”, vaticinó Caputo, y detalló: “Cuando Macri salió del cepo, en diciembre de 2015, la base monetaria eran 9,7 puntos del PBI. Y la base amplia en ese momento eran más o menos 17 puntos; hoy son 10 puntos”.
Los cálculos de Quantum Finanzas están en la misma línea: 10,1 del PBI, cuyo dato al cuarto trimestre de 2023 se conoció en la última semana. Hace un año, indicó la consultora, ese valor era de 14,6%. “El núcleo de la normalización del balance del BCRA está en la tasa de interés real negativa porque reduce la expansión de base monetaria por el pago de intereses de los pasivos remunerados directos que emite el BCRA”, apuntaron los analistas de esa consultora.
Menos deuda del Banco Central
La reducción de la cantidad de pesos en la calle, combinada con las tasas reales negativas, generó un desarme de plazos fijos y otros depósitos, que salieron de los bancos en busca de instrumentos con mejores rendimientos. Otra parte se usó para gastos, ya que la inflación erosionó el poder de compra de los pesos.
Como consecuencia de eso, los pasivos remunerados del BCRA cayeron con fuerza y eso también repercutió en la base monetaria amplia a la que se refirió Caputo. En concreto, las Leliq desaparecieron, así como los pases de fondos comunes de inversión. Por su parte, el stock de pases pasivos bancarios creció 38% nominal, lo que significa una caída en términos reales, ya que la inflación acumulada entre diciembre, enero y febrero superó el 70%.
“Los pasivos remunerados del BCRA pasaron de un pico de 10% del PBI en agosto de 2023, a 5% del PBI en febrero de 2024. También bajaron los intereses pagados por esos pasivos en porcentaje del PBI”, calculó Quantum. “Cayeron principalmente por la licuación, pero no fue el único factor de contracción. Operaciones de recompra de títulos del Tesoro en manos del BCRA y la emisión de Bopreal también contribuyeron al desplome de esos pasivos”, completó la consultora.