En el marco del Día Internacional de la Mujer, Nati Jota se tomó unos minutos en el aire del ciclo de streaming Sería Increíble (Olga) para realizar un editorial que hace alusión a las desigualdades y prejuicios de género prevalentes en la sociedad actual. En su discurso, la conductora criticó duramente la forma dispar con que se juzgan las conductas y logros entre hombres y mujeres, lo que provocó una división de opiniones entre el público y generó un amplio debate en redes sociales.
“Tenía ganas de leerles algo que escribí por esta oportunidad, así que muchas gracias por el espacio”, destacó antes de comenzar su relato: “8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. Siento que sí o sí tengo que decir algo aunque siempre diga, hoy unas palabras tienen que salir de mi boca. Tengo que sí o sí decir algo. Quiero decir algo. Es la responsabilidad de estar en este lugar, de comunicar, y de particularmente yo llevar adelante este programa”, comenzó.
A continuación, se refirió a un tema del que se había hablado en las redes sociales. “Se habló estos últimos días, y voy a recoger el guante, que somos pocas las mujeres que estamos al frente de programas. Ser una de ellas me genera contradicciones. Por un lado, me siento agradecida y afortunada, por el otro, tengo claro que deberíamos ser muchas más y que no serlo solo tiene que ver con algo estructural, enorme, muy enorme, aparentemente irrompible. Cada vez que hablo de esto, lo hago con la ilusión de que ayudo a destruirlo, pero cada vez que hablo de esto, termino frustrada, insultada, desilusionada, cansada, apagada”, admitió.
Tras ello, el discurso se centró en la persistencia de estereotipos y discriminaciones de género en el entorno laboral y social, al destacar cómo las mujeres son objeto de valoración por su apariencia física o relaciones personales en lugar de sus capacidades y méritos profesionales. La joven denunció así la tendencia a descalificar a las mujeres exitosas atribuyendo sus logros a favores sexuales o atractivo físico, mientras que los hombres son celebrados por sus conquistas.
“Crecimos en un mundo inescrupulosamente machista, es lógico que actuemos inconscientemente desde ahí. Yo, por suerte y por desgracia, en igual medida, porque es como que me desperté, pero me hace enojar. Desde que veo estas cosas, no puedo dejar de velas por todos lados: hombres que se miran entre ellos para hablar, y vos estás ahí paradita como si fueras una más de la charla, pero claramente no lo sos, porque sus ojos nunca se detienen en vos”, expresó.
Y continuó en el mismo sentido: “El hecho de que si te va bien en tu laburo, es porque seguro te cog… a alguien de poder, o lo histeriqueaste un poco o por lo menos te contratan porque le sirve que estés buena y muestres las tetas cada tanto. Que si un chabón en medio sacadito con algo de humor es un ‘loco lindo’. pero la mina que un poco levanta el tono ya es una histérica que quién se piensa que es”.
“Que la tipa es robanovios, puta, trola, pero el chabón le sopló la minita, qué campeón. Que soy una rubia pelotuda que habla giladas, pero ellos son unos capos, pero como ellos son tus amigos, que al final me reivindiqué. Yo no me quiero reivindicar de una mierda. Que me miraste y soy más copada de lo que pensabas, que no soy tan pelotuda, que me habías prejuzgado, que ‘al final Nati Jota’… al final nada. Al principio Nati Jota, pero quizás tu prejuicio no te dejaba ver”, asestó.
Para luego afirmar: “Quizás tuve que hacer el cuádruple de esfuerzo que un varón para poder ser piola para vos. Adquirí un mecanismo muy molesto últimamente, consiste en angustiarme por algunas situaciones de este tipo, y luego reangustiarme pensando qué distinto hubiese sido todo si fuera varón. Entonces, ¿por qué tanto más esfuerzo? ¿qué hubiera sido de mí en un mundo más igual, con todos el mismo empuje y suerte? ¿Dónde estaría?”.
La respuesta del público ante el monólogo de Nati Jota fue variada. Un sector de la audiencia, en su mayoría mujeres, se sintió identificado y aplaudió la valentía de abordar estos temas abiertamente. Por otro lado, algunas críticas señalaron el tono del mensaje como agresivo y poco serio. Asimismo, hubo quienes, aunque concordaban con el fondo del argumento, sugirieron que el mensaje podría haber sido transmitido de una manera más sutil.