Basada en una trilogía de cortos que en YouTube tuvo más de 30 millones de reproducciones, la historia sigue a un ser malévolo con poderes sobrenaturales que aterroriza a los habitantes de un pequeño pueblo en la noche de Halloween.
Promocionada como «del director de ‘El proyecto Blair Witch'», en rigor, la película cuenta con Eduardo Sánchez, uno de los dos realizadores de la producción que popularizó el subgénero de «found footage», con créditos de productor ejecutivo, pero lejos está «El bufón» de poder vincularse a aquella película más allá de esa mención y su carácter se relaciona más con los lanzamientos directo a DVD de antaño.
Krawchuk y la gente a cargo de los efectos visuales pueden tener destreza para ese metier y para elaborar lo que los entusiastas del «gore» y el «slasher» llaman «buenas muertes», pero esa inventiva para la violencia y la truculencia no alcanza para redondear una película de terror aceptable sin otros elementos que justifiquen y expliquen el universo planteado ni las motivaciones o el origen del villano, algo que queda sin explorar y que implica que nos preguntemos el porqué de todo lo que vimos, más allá de la oportunidad para mostrar que se tiene muñeca para la estética sangrienta y asesinatos creativos.
«Fui muy inflexible en mantenerlo igual que en los cortos; han ganado popularidad y no sabemos muy bien por qué. Es una de esas cosas en las que, si cambiamos demasiados ingredientes, uno de ellos podría ser la razón por la que la gente lo ama. Tener un disfraz tan llamativo es algo que puedes distinguirlo entre la multitud, y eso es lo que refleja su personalidad», dijo el director sobre su creación.