Detrás de cada impecable look que muestran las celebridades en una red carpet, evento o entrevista, hay un gran equipo encargado de que cada detalle se vea a la perfección. En este grupo, la figura del estilista es fundamental, ya que se encarga de darle unidad y sentido a las apuestas de moda.
Hablamos con Victoria Miranda, estilista de famosas como María Vazquez, Catherine Fulop, Sofía “Jujuy” Jiménez (antes, Tini Stoessel), sobre su trabajo con la celebridades.
De estudiar recursos humanos a vestir a las famosas
Como sucede con casi todas las vocaciones, a Vicky Miranda le picó el bichito de la moda desde chica. “Siempre fui muy fanática de los backs de los desfiles. De chiquita, mi mamá y mi abuela me llevaban y yo siempre pedía que me metan a ver el back. Me encantaba ver cómo transformaban a una modelo desde que llegaba hasta que salía a la pasarela”, recuerda.
Y aunque su pasión estuvo muy clara desde sus primeros años, el mandato familiar la llevó, al principio, por otro camino. “En mi época, estudiar moda no era como ahora. Se estudiaban carreras tradicionales. Y al venir de una familia muy estructurada, estudié recursos humanos. Me recibí de licenciada con diploma de honor y ahí les dije a mis padres ‘Ahora me voy a dedicar a lo que realmente me gusta, que es la moda’”.
¿Sus primeros pasos en el mundo fashionista? Hizo cursos de moda y estudió con Sebastián Correa, uno de los maquilladores número uno de la industria. “Él me dio la primera oportunidad. Me presentó a Andrea Frigerio para hacerle el estilismo y nunca más paré. En una nota que hice con Andrea para Gente conocí al fotógrafo de la revista, Santiago Turienzo, y él me llevó para ser productora”, relata.
Desde ahí, se dio una seguidilla de éxitos y contacto con las estrellas: tapas para la revista, desfiles llenos de celebridades y producción para la Revista Hola, hasta que arrancó como estilista de Tini Stoessel. “Ella terminaba de grabar Violetta y necesitaba hacer el cambio a Tini. Me encargué de hacerle el vestuario para todo, desde shows hasta clips y entrevistas”, cuenta sobre la transformación estilística de la reconocida cantante, que hoy es una de las fashionistas más influyentes.
En paralelo, empezó a encargarse del estilismo de otras famosas, como María Vazquez, Marcela Kloosterboer, Agustina Cherri, Muna Pauls, Sofía “Jujuy” Jiménez, Catherine Fulop y otras. “Cuando fui madre decidí bajar un poco y quedarme con algunas, porque me gusta hacer todo yo. Me es muy difícil delegar”, admite.
La relación con sus clientas: “Es necesario que haya buena onda”
El camino para lograr un estilismo es largo, y Miranda se toma el tiempo para conocer a sus clientas en una reunión, donde charlan acerca de qué puntos de su cuerpo les gustaría destacar, cuáles no, los colores que les gustan, etc. “Siempre busco encontrar un equilibrio con lo que ellas se sienten cómodas y lo que les recomiendo yo para que se luzcan. Lo importante es que sepan llevar el look con la actitud, y para eso es importante encontrar un equilibrio”.
En este proceso, resalta la importancia de la buena relación con sus clientas. “Me llevo muy bien con todas. De Andrea Frigerio y Cathy Fulop soy amiga, porque son muchos años. Pero con todas me llevo muy bien. A esta altura, si no fluye no laburo, porque es necesario que haya buena onda”.
En ese sentido, su bajo perfil transmite confianza a las figuras con las que trabaja. “Creo que me eligen por un lado porque soy callada, no soy cholula”, afirma. Sin embargo, no está exenta de la exposición que viene con su trabajo, que se convierte en un gran desafío.
“Uno está muy expuesto. Cuando algo gusta, te halaga un montón de gente, y cuando algo no va, te critican. Pero me gusta la adrenalina que eso genera. Son figuras tan expuestas que cuando algo sale bien, se reconoce el trabajo de uno”, cierra.