En la Casa Rosada están desesperados por sacar del tope de la agenda de los medios el caso Kueider, el senador aliado al gobierno que fue detenido la semana pasada en la frontera de Paraguay con más de 200.000 dólares sin declarar y permanece preso en Asunción, primer caso en la historia argentina.
El escándalo sacude al gobierno a días de cumplir el primer año de gobierno y se suma al golpe que sufrió Javier Milei por desestimar el avance del proyecto Ficha Limpia en el Congreso, que también golpeó el relato libertario de supuesto combate a los vicios de «la casta» de los políticos.
El caso de Kueider lastima especialmente a Santiago Caputo que fue quien acercó su voto clave para que se sancione la ley Bases, en medio de versiones de pago de coimas millonarias en dólares. El asesor del Presidente no ha logrado hasta ahora articular una respuesta consistente al escándalo. «Santiago está desesperado por bajar el caso Kueider», afirmó a LPO un dirigente al tanto de la crisis en la Casa Rosada.
Primero intentaron endosarle Kueider a Cristina: «Todo tuyo», le hicieron tuitear al Presidente. «Si hubiera sido mío no votaba la Ley Bases, querido. Te gusta el durazno pero no la pelusa», le respondió Cristina.
De hecho, Kueider fue una pieza clave para el oficialismo en el Senado, primero con el armado de una mayoría circunstancial para el reparto de las comisiones y luego con su voto a favor de la Ley Bases. Santiago Caputo le pagó con cargos en la represa de Salto Grande y pujó hasta el final para que quede a cargo de la Bicameral que controla los servicios de inteligencia. Nada menos.
El gobierno quedó en una encerrona. No pueden salir a defender a Milei, pero tampoco pueden acompañar una expulsión en el Senado porque asumiría en su lugar la camporista Stefanía Cora.
No es un tema menor. Si los libertarios se quedan sin Kueider, el interbloque de José Mayans y Juliana di Tullio treparía a 34 bancas y le bastaría con el auxilio ocasional de los santacruceños, los misioneros o los radicales para lograr mayoría con facilidad.
En los últimos días la usina que conduce Santiago Caputo intentó «cambiar de tema» en la agenda mediática con «bombas» como la cancelación de remedios a los jubilados, el despido de la directora de la AFIP y la pavada de proponer que expulsen a todos los legisladores que tengan algún tipo de causas. Como dice el refrán inglés: «La mejor manera de esconder un elefante es meterlo en una manada de elefantes». Pero esta vez no funcionó.